EN CRISTO JESÚS NI VARÓN NI MUJER (GAL 3,28): MARTIRES CRISTIANAS DE AYER

RESUMENObjetivo: el artículo pretende mostrar que bajo la influencia del cristianismo y el cruel escenario del martirio, la mujer mártir rompe con el clásico prototipo femenino en la antigüedad, provocando un quiebre con su familia biológica y la sociedad. Método: a partir de la investigación de la vida de algunas mujeres mártires de los primeros siglos de expansión del cristianismo (s.I-IV), revelaremos el liderazgo de que ejercieron. Abordaremos brevemente las acusaciones que ocasionaron la persecución de cristianos/as.Resultados: el cristianismo va a prescindir de todo lo que discrimina a la humanidad: las relaciones socio-económicas (ni siervos ni amos), la raza o cultura (ni griegos ni judíos), el privilegio del sexo (ni varón ni hembra), mensaje evangélico que Pablo expresa en Gal 3,28. El martirio cristiano era un acto de fortaleza consistente en asumir voluntariamente la muerte por la fe y supuso torturas previas a la muerte.El uso de la violencia sobre el cuerpo de las mujeres resulta un eficaz instrumento de control. La violencia se cierne sobre sus cuerpos, sus vidas y sus historias.Conclusión: la importancia y extensión del Imperio Romano consolida la sociedad patriarcal con la conformación de un modelo político y simbólico que excluye a las mujeres, las silencia y las coloca bajo la autoridad del pater familia y las consecuencias que esto ocasionó a las mártires. El cristianismo naciente fue sobre todo el de sus mártires, quienes en su mayoría murieron con la certeza de la salvación